lunes, 30 de mayo de 2011

Mostar: Melancolía de un pasado que no he vivido

El madrugón que me he pegado no ha servido de nada, porque todos los autobuses Banja Luka – Mostar salían después de la 13.00. Así que he desayunado con calma, un cafetito que me ha preparado mi recepcionista-secretaria (que no mejora a mi madre para nada en ninguno de los aspectos a debatir). He ido a la estación con tiempo. Con dos horas de antelación. Para comer y echar el rato allí. Podía haber ido en bus, pero la mañana, aunque calurosa, se me antojaba andariega. Han sido como cuarenta minutos de paseo con macuto y mochila, pero contemplando por última vez Banja Luka, esa ciudad que como ciudad no me deja grandes recuerdos, pero que me ha dado tiempo para pensar y estudiarme con sosiego.

Me he montado en el autobús y he descubierto que en Bosnia hay que olvidarse de las autopistas por completo. Solamente existe un pequeño tramo a la salida de Sarajevo hacia el norte. Algo insignificante y más simbólico que otra cosa. De camino a Mostar todo transcurre por una carretera de doble sentido, en un autobús de los 90. Cinco horas tarda en realizar los 200 km y algo que hay. He tenido tiempo para empezar mi nuevo libro “La soledad de los números primos”. Y no tan solo de empezarlo, sino de dejarlo a la mitad cuando he puesto pies en Mostar.

El camino hacia Mostar duele. Duele de una manera que no me imaginaba. Aquí los trayectos y las esperas largas no se me hacen tanto, pero duele de una manera melancólica hacia algo que ni siquiera he vivido. Al salir de Banja Luka y adentrarnos un poco en las montañas se pueden ver edificios solitarios, acribillados a balazos. Ya uno empieza a ver la realidad de lo que fue la guerra. Una realidad lejana pero que ha dejado heridas sin cerrar y cicatrices palpables al tacto y a la vista. En realidad a todos los sentidos. A lo largo de todo el camino, tanto en las casas aisladas como en los pueblos de paso, se ven iglesias, estaciones, naves industriales, todo tipo de edificios devastados por estas guerras balcánicas que no aparecieron y desaparecieron. Dejaron huella, y en países con este nivel económico, o con población con estos recursos, no se puede pretender que todo vuelva a la normalidad en un espacio de tiempo como el que ha transcurrido.

A lo largo del camino, en los aledaños de los pueblo, o sin más en medio de un descampado, al lado de una fábrica de ladrillos, es normal encontrarse grandes cementerios entre los que, según me cuentan, la gran mayoría de las lápidas datan a sus muertos entre los años 1990 y 1999. Ese auge de mortalidad desmedida y militarizada está grabado en cada uno de las vueltas que dan las ruedas del autobús que me lleva. En cada uno de las fachadas, de los pueblos, de las puertas… En ocasiones se ven intentos de disfrazar lo que fue, pero una de cada dos casas guarda recuerdos materiales y perceptibles a la vista.

De camino a Mostar, a mitad de trayecto, el autobús de ha parado y he oído como el conductor decía “mina”. Tal cual, literalmente. Todo el mundo se ha bajado a fumarse un cigarro, y como no, pues yo como un borreguito también he ido. La carretera la cortaba una banda amarilla y negra en la que se veía escrito “PROZOR MINA”. No dejaba mucho lugar a dudas, pero le he preguntado una chica que viajaba dentro del autobús, y me ha dicho que han encontrado una mina, que se da a menudo, y que estarían sacándola o desactivándola. Restos de la guerra, que al pasar por la zona acordonada me he percatado que era la parte delantera de una casa. Así de duro y así de real.

Cuando hemos llegado a Mostar he llamado a Gogo, mi contacto CS. Me ha venido a buscar en coche en 5 minutos. Íbamos en su coche, hablando de todo un poco, cuando me ha dicho que esta noche no me podía alojar porque se tenía que ir a Split por una historia de trabajo. Me ha dicho que conocía a una señora que me dejaría la habitación compartida en su casa barata. He accedido, y me ha llevado a casa de la señora, que estaba en frente de la estación de autobuses. Y me he preguntado por qué este hombre me ha dado una vuelta a la ciudad en coche para después llevarme al mismo sitio del que hemos partido. Se ha ido por los cerros de Mostar, pero literalmente.

Después de acoplarme en mi habitación (a la cual han llegado ahora mismo tres americanas que compartirán habitación conmigo, así que debato si salir a tomar algo con ellas) he salido a dar una vuelta. Es cierto que visto desde el autobús no tiene nada que ver. Ir a pie de calle por Mostar ha dejado en mí mismo una señal grabada bastante profunda por eso de las cicatrices que el conflicto ha dejado a medio largo plazo.

He visitado la parte bonita y central de la ciudad. La parte central de esta parte de la ciudad, porque según me ha dicho Gogo “a mí cuando me preguntan por el centro, digo que esta ciudad tiene dos centros. El de la parte católica y el de la parte musulmana. Ya, hoy en día, no hay conflicto, no te preocupes”. Esta parte de la ciudad en la que estoy es la católica. La parte antigua. La parte del puente bonito y mítico. La parte por la que mañana por la mañana pasearé sin descanso, dejándome atrapar por los encantos de esta ciudad con tanto pasado y que hoy solamente me ha dado tiempo a dejarme llevar por sus calles. Sin rumbo fijo y sin saber muy bien por dónde.

Creo que de Mostar y Sarajevo sacaré muy buena impresión, ya que tienen y retienen buena parte de ese legado, en parte morboso, de la guerra que para mí es buena parte de lo que busco en esta zona de mi viaje (no el morbo, sino la realidad).

Ya os contaré que me depara el mañana. Un besazo.

Deduzco que el autobús de los años 90 fue rescatado de algún desguace francés, ya que todas las salidas de emergencia estaban en francés. Reciclar es la manera más barata, aunque le costaba pasar de primera a segunda.

Uno de muchos miles

De momento, a Mostar

Un payaso de circo parece mofarse de los estragos de la guerra

Ese puente

No he encontrado la plaza, pero ahí dice que la hay

domingo, 29 de mayo de 2011

Banja Luka: Voy camino Mostar, ¿tú hacia dónde vas?

Ayer me levanté bastante cansado después de la caminata pasada por agua. Hacía más o menos buen tiempo por la mañana, por lo que decidí salir a dar una vueltecita por el centro. Pero el buen tiempo decidió darme la espalda según salí a la calle, por lo que empezó a llover de nuevo. Esta ciudad es la ciudad maldita. Pretendía establecer el Hostel como campamento base, y de ahí tener placenteros paseos por las montañas y las cascadas, pero Zeus me manda rayos y truenos por doquier. Me escabullí de la tormenta y me metí en ese mercado en el que nadie habla inglés, y mucho menos español. Compré una cervecita para la hora de comer. Unas verduritas para hacer con pasta y me volví al Hostel. Hice comida para un regimiento, la cual me sobró para la cena y para el desayuno de hoy. No controlo de cantidades cuando estoy en Madrid, ni mucho menos voy a controlarlas cuando estoy fuera de casa. Hice comida para todo el Hostel y parte de la población del extrarradio de Banja Luka.

La siesta me llamaba. Y si te llama una siesta, pues coges y te la echas y está. El plan de la bici y de las cataratas estas de Krupa na Vrbasu se iba al garete con el mal tiempo de nuevo. Una vez caigo en el error de salir cuando está nublándose, pero si ya está con ganas de llover a mares me parece a mí que ya no me pilla de nuevo. Me pillará de sorpresa, pero con la pinta que tenía el cielo. La siesta, con su inevitable intento de leer en un principio, se prolongó hasta las seis de la tarde. Desperté con el Lobo Estepario acariciándome la tripa. Y con tres compañeros de habitación comunicándose conmigo por primera vez a través de ronquidos en bosnio-croata-serbio.

En el Hostel todo estaba en calma, así que cuando llueve y uno se tiene que quedar en casa, ¿qué es lo que hace? Efectivamente: seguir comiendo. Merendé y me puse a leer, esta vez en serio. No me había acordado hasta que vi las noticias de que ayer por la noche era la final de Champions. La vi con la recepcionista y con dos orientales cuya procedencia exacta no sé. Dicen que aquí en Europa vivimos el fútbol con mucha emoción, pero ellos gritaban los goles más alto que yo. Y es que ver un partido con los comentarios en bosnio la verdad es que le quita bastante emoción. Son algo extrañas las jugadas polémicas, las tarjetas… Pero bueno, lo vi y tuve tertulia con la recepcionista. “Aquí los políticos solamente hablan y nos saben de qué hablan, porque ellos han vivido las guerras desde sus casas o desde el exterior”. Ella nació en un pueblecito de las montañas, y dice que nunca se adecuará a la vida de la ciudad. Y que para una vez que viene a la ciudad a estudiar, va y estalla la guerra. Estuvimos hablando de esto y lo otro hasta que empezó el partido. Y cuando terminó el partido yo me fui a la cama, a leer un ratito. Que estoy que no paro con esto de la lectura. Me emociona tanto haber vuelto a los buenos hábitos que lo cuento todos los días. Es una de mis mejores hazañas hasta el momento en este viaje.

Hoy me he levantado y todo apuntaba a que iba a hacer buen tiempo. Eso dijo el Paco Montesdeoca de aquí ayer. Lo dijo en bosnio, pero yo lo comprendí todo. Los dibujos del tiempo son iguales. Así que he cogido mi macuto y mi mochila y me he ido de pateo hasta un sitio más o menos bueno para hacer dedo. Y bueno, a mí me parecía un buen sitio. He estado allí dos horas y nada. Me he comprado una botellita de agua para la espera (moraleja: mirar que no tenga burbujas la próxima vez. Era con gas y esa agua no quita la sed. Solución: agitarla un rato). Han pasado ciclistas que me han dicho algo sonriendo. Supongo que sería “buena suerte”. Aunque de buena suerte nada, así que a lo mejor estaban diciendo “pues aquí te vas a petrificar esperando”. Luego ha pasado otro hombre mayor en bici, cuando ya llevaba las dos horas esperando, y me ha dicho algo como “un kilómetro. Benzin.” A lo que he respondido con un “Hvala (gracias)” y me he parado a analizar. Debía ser que a un kilómetro había una gasolinera, así que hacia allá he tirado sin pensármelo.

Sentadito a la salida de la gasolinera he esperado un buen rato también. Con mi cartelito y mi equipaje y mi buena cara hacia las personas que me decían que no. La verdad es que el tiempo se me ha pasado rápido. Debe ser que la esperanza es lo último que se pierde. Y si hay humor hay vida. Y como había esperanza y había humor, porque yo me descojonaba cada vez que uno me hacía la subidita de hombros y de cejas, pues allí he estado fumando y esperando. Y bebiendo agua desgasificada manualmente. Al final he acabado hablando con uno de los gasolineros, que sin tener ni pijotera idea de inglés conseguía apañárselas para entablar conversación conmigo. He debido ser lo más interesante que le ha pasado en dos días. Me ha dicho que es difícil conseguir que alguien te lleve un trayecto largo. Que la gente lleva para trayectos cortos. Lo de que la gente, por lo general, es desconfiada ya me lo habían advertido en el Hostel. Pero yo tenía en mente que pasase algún turista con su coche de alquiler diciendo “pobre mochilero. Súbele que se venga con nosotros”. La comunicación con el de la gasolinera ha sido algo mejor que con las tenderas del supermercado. Tenía su gracia. A lo mejor es lo mejor que me ha pasado a mí también en el día de hoy. Le he preguntado por mañana, para coger el bus, o si había algún tren. La palabra “train” lo la pillaba, así que nos hemos entendido a ritmo de “Chucu chucu chú, pi, pi”. Le he preguntado por el Chucuchucu y el me ha respondido, literalmente, “Ohh, bus yes, station. No, no chucu, chucu, pi, pi”. Y se ha reído.

Al rato de volver a esperar he decidido deshacer lo andado y he vuelto al Hostel. De camino han empezado a llamar a rezo desde una mezquita. Me he quedado un poco desubicado hasta que he relacionado la gran cantidad de población musulmana que aquí hay. Al llegar, estaba la dueña del tinglao, que me ha dado toda su buena suerte por la mañana. Cuando me ha visto aparecer a puesto carita de “pobrecito, aquí estás otra vez. Me vas a acoquinar otra vez 20 marcos!”. Eso es lo que ha pensado, y me ha dicho “Sube arriba y elige cama. Ya sabes dónde está todo. Mañana me pagas, no te preocupes”. Es una chica muy joven, muy orgullosa de su negocio. Ahora le toca pringar todo el verano, pero luego se irá a Grecia con mi inestimable ayuda para pillar sus billetes.

Me he ido a dar la enésima vuelta por Banja Luka. Tienen un pedazo de parque que, vale, no es lo mismo que el de Zagreb, pero los niños corretean que da gusto. Y los jovenzuelos se magrean que da gusto. Porque la primavera la sangre altera, pero el verano hace que tengan los glóbulos rojos cachondos perdidos. Ha sido de esos paseos que te pones a andar y da igual lo que haya a tu lado (carteles de concierto de Emir Kusturika en Banja Luka el 9 de Junio en el MediFest), que tú vas pensando en tus movidas y cuando te das cuenta dices “Adiós! Móstoles!”. Y no era Móstoles, pero estaba en las afueras de Banja Luka, porque estaba al lado de un Leroy Merlin con columpios y de un cacho de supermercado. Ahí he dado la vuelta y me he vuelto para el Hostel a prepararme una cena rápida. Y aquí estoy, medio viendo Erin Brokovich, medio escribiendo blog, y medio fumando a ratos.

A dios pongo por testigo que mañana salgo de esta ciudad. Aunque sea cojo el primer autobús que me encuentre y que me lleve lejos de aquí. Voy a madrugar para llamar a la estación y que me digan cuando puedo conseguir mi permiso de salida hacia Mostar. Que esto es más complicado que el visado ruso.

Un beso enorme para cada uno, de un autoestopista frustrado pero con ilusión.

Dos Izares me han dado los buenos días cuando todo parecía soleado y parecía que iba a pasar la tarde en Mostar.

Todo mi equipaje y toda mi ilusión

La calle principal de las compras en Banja Luka. Nada del otro mundo.

Cristo nos da la bienvenida a la iglesia del futuro

Para los amantes de los Lada Niva. Aquí hay un mercado impresionante de piezas, y algunas reliquias por las calles que no veas. Pero éste estaba en el concesionario oficial de Lada. Alucino pepinillos, como decía uno, al ver lo que hacen con los Ladas antiguos. Y alucino más aún al ver los precios. Este en concreto, con 20.000 km y un 1.7 de motor lo vendían por 23.000 K.M. (Marcos Bosnios, que al cambio son 11.000€). Pa mi que se han flipao un poco.

WK Borac Banja Luka. Este es el estadio, y tócate un pie, que han ganado la liga este año. Ayer había evento festivo en este estadio. Conciertos, fuegos artificiales que llegué a ver y a oír, etc.

Cartel de Darko Mladic sobre las lonas de las obras de un supermercado. Anteayer lo había visto en las noticias.Pero ha sido hoy cuando he visto en puestos callejeros todo tipo de libros, camisetas, pins... Todo tipo de merchandishing con Mladic como protagonista. Me he estado documentando un poco sobre las Guerras en los Balcanes, ya que estoy en medio del meollo. Aquí en Bosnia hay un sector radical pro-serbio, y los que han colgado el cartel y tenían los puestos deben ser de estos. En Sarajevo (pronunciado Saraievo, que ya me voy acostumbrando) hay convocadas manifestaciones estos días, así como en su pueblo, que está a unos 20 kilómetros de Sarajebo, en Bosnia. El meollo gordo está en Belgrado (Serbia), que es donde hay mayoría de serbios y malloría de convocantes de extremo-nacionalistas cuyo fin es el Estado Serbio, incluyendo algunas provincias de Bosnia.

viernes, 27 de mayo de 2011

Banja Luka. Qué venga Paco Montesdeoca y lo vea

Me he levantado y me he dispuesto a darme una vuelta por el centro, ya que ayer solamente pude realizar una toma de contacto leve. He salido del Hostel y hacía un calor de pelotas. Buscando las sombras entre los árboles he llegado al centro. Iba a dar la vuelta de rigor por las partes importantes que me dijeron en la oficina de turismo, pero la verdad es que no me apetecía nada de nada. Con el solano que pegaba no estaba yo muy convencido, así que me he ido al mercado. Tienen un mercado de frutas y verduras espectacularmente grande. Y solamente de frutas y verduras. Y dentro del mercado, hay un supermercado. Pero me he vuelto a decir a mí mismo: “el supermercado es demasiado fácil”. Así que me he encaminado a hablar con las amables tenderas. Amables por la sonrisa de su boca, porque no las puedo definir por sus palabras. No las entendía.

Después de comprar unas fresas y unas cerezas, me dirijo al puesto de las verduras. Aquí en Bosnia ya se empieza a notar la diferencia de precio. Un pepino, un tomate, una cebolla y tres zanahorias han hecho un total de 60 céntimos. Las cerezas y las fresas me han salido un poco más caras, pero la verdad es que dentro de la normalidad.

Viendo el calor que pegaba he decidido volverme para el Hostel. Me he preparado unas fresitas con azúcar para desayunar y me he puesto a dialogar con la recepcionista, que resulta ser la dueña de todo el meollo. Le he ayudado a buscar un vuelo para Atenas, para después de temporada, y ella me ha ayudado a mí con mi plan para el día de mañana. Me voy a ir aquí al lado a unos ríos con cascadas que hay en una ciudad de cuyo nombre no quiero y no puedo acordarme. Hablando de la distancia, de que si alquilaría una bici, o yo que sé el qué me ha dicho que me presta la suya. Así que mañana igual me soplo 25km de bici ida y otros 25km de bici vuelta así sin comerlo ni beberlo.

Después del berenjenal de las bicis, del que no estaba yo todavía muy convencido, me he ido al campo campestre. La montaña en cuestión de llama Banj Brdo, y en lo más alto de la más alta colina hay un monumento a los caídos en la II Guerra Mundial.

Subiendo iba yo por una carreterilla de pueblo cuando una niña se me ha quedado mirando bastante extrañada. Luego he pensado que razón tenía la niña del pueblo, que seguro que sabía más que yo de todas las historias de aquí, pero vamos al lío. Me dispongo a subir, que ni siquiera había empezado y ya estaba chorreando. En realidad estaba chorreando porque las explicaciones me habían quedado clarísimas en el Hostel pero me he ido por donde no era durante media hora, y otra media de vuelta hacen una. Y una hora andando lo mismo son 5 kilómetros extra que me he comido por capullo. Que si los sumas a los 4 o 5 que hay de subida más los mismo de bajada ya te vas haciendo a la idea de que como se te ocurran más excursiones como estas lo mismo sales un día de casa a por el pan y te encuentras con Edurne Pasabán en el Anapurna tomando café.

Ahí iba yo fotografiando ardillas y hayas, por la carretera o por el camino paralelo y llegué. Porque estas cosas o las haces hasta el final o nos las haces. Y eso que si no las hago no hay nadie que me ponga nota, que aquí la nota me la pongo yo. Pero yo me tenía que aprobar, y me doy el aprobado con creces, y ahora sabréis por qué. Que estaba yo arriba y se escuchaban truenos, pero que hacía un sol de pelotas. Pero me pongo a bajar lo ascendido, con 4 o 5 kilómetros por delante, y que empieza a llover. En vez de ir por la carretera decido y por entre los árboles, que caía menos. De hecho entre los árboles no caía nada, y a mí nunca me ha dado por el “footing”, pero hoy me sentía como una gacela. He hecho un tramo corriendo entre los árboles más ligero que el viento. Pero los árboles, pues es lo que tiene, que cuando llueve poquito de puta madre. Pero cuando acumulan empiezan a soltar todo lo que habían guardado de antes y todo lo de ahora todo junto y a chorros que caen de las hojas. Por lo tanto he tenido que ponerle la funda impermeable a la mochila con la cámara.

Bajando, bajando me he resguardado en un cúmulo de árboles que parece que caía menos pero no. Mi camiseta, pantalones, etc. decían totalmente lo contrario. Me he resguardado con unos que estaban apostados contra una pared, y al ver que me seguía calando he decidido seguir bajando corriendo, hasta llegar a la civilización y resguardarme en una techumbre. De ahí al Hostel, ducha calentita, camita, siestecita, que era muy prontito… Y le he mandado un SMS a una chica con la que había quedado hoy del CS diciéndole que mira, que pa otro día que hoy había sido muy duro.

Así que aquí estoy, esperando a que se seque mi ropa, dándole toda la razón a la niña que me miró raro al subir y mirando el tiempo que va a hacer mañana, porque me parece que va a ir en bici a Kupra na Vrbasu (lo de las cataratas) su prima.


La naturaleza siempre podrá con las craciones del ser humano. Fijaos en las raices en el asfalto

Empiezo a palpar la Bosnia rural. Y la Herzegovina dentro de nada

Un cañete en una tacita. Muy cuquis es el monte, pero un paraguas...

Monumento a los Caídos en la II Guerra Mudial. Ya arreciaba tornenta y yo sin percatarme

Si era bonito y todo el sitio. Pero avisa, joder!

jueves, 26 de mayo de 2011

Zagreb: “One Side Park” --- Banja Luka: Primer contacto con Bosnia i Hercegovina

Ayer me levanté a las 10 o así y la verdad es que no tenía ganas de hacer mucho. Aunque Zagreb era la capital, la verdad es que tampoco me llamaba mucho la atención. Como decía Sanjin: las ciudades, al fin y al cabo, son todas ciudades. Y es cierto. Podrán tener sus edificios emblemáticos, más o menos espectaculares, pero la verdad es que al final solo son más que ciudades abarrotadas y con calor. Me ha recordado en ese aspecto a Madrid, porque es una ciudad de interior y el Sol apretaba de lo lindo.

Me decidí a ir a hacer recados. Me comprado un nuevo libro en castellano. He ido a La Casa del Libro de aquí, y aunque no había mucha variedad, he pasado un largo rato eligiendo. La verdad es que El Lobo Estepario, que me lo estoy releyendo, me va a durar los días que esté en Banaja Luka. A decir verdad, la falta de compañía en Zagreb me ha sentado muy bien para leer, porque estas dos chicas amigas de Sanjin e Igor que me han dejado su sofá cama la verdad es que tenían que trabajar. Y cuando no era trabajar, pues era que tenían su vida, oye. Que aunque se sea Couchsurfer, pues también tienen derecho.

Por lo tanto ayer tocó vida contemplativa. Me compré el librito (La soledad de los números primos), cambié dinero a Marcos Bosnios y me piré a un parque de estos que no tiene límites. Maximilian Park fue el primer parque público en territorio croata. El que mandaba aquí por aquellos entonces dijo a unos cuantos que
-“a ver si adecentáis aquel bosque de robles y hayas que hay allí al final de la avenida, que está hecho una penita”.
-“Señor, si no hay ninguna avenida”.
-“Sí, sí. La que vais a construir para llegar al parque.
-“A qué parque, señor?.
-“Al que vais a hacer al final de la avenida que vais a hacer.

Les costó un poco pillarlo, pero cuando se pusieron. Ay madre! Que eso es más grande que El Retiro y el Parc Güell juntos en línea recta. Que vi garzas que están instaladas allí creyendo que están en una reserva de las biosfera. Que los estanques los llaman estanques, pero que dentro viven tortugas que están allí que se creen que eso son las Islas Galápagos. He visto la mayor población de tortugas de estas de la raya roja al lado del ojo (como la de mi abuela y mi tío) que había podido ver hasta ahora. Y mucha gente haciendo footing, eso también lo cuento. Y unos tomando el Sol de una manera profesional encima de unos bancos. Con profesional me refiero a que no era bocarriba y bocabajo. Eso es un atraso!!! Ahora se lleva de lado, con el brazo por encima de la cabeza para que se te tueste también el costao y el sobaquete. Vaya fieras están hechos los croatas estos.

Pues nada, que me quedé dormido en un banco, tostándome a la española, con el libro abierto encima de la tripa. Cuando me desperté estaba un poco desorientado, pero a mi lado oí niños imitando el sonido de un ronquido. Deduje que era yo el que les había servido de ejemplo para sus mofas. Cabrones!

Helen me llamó y me dijo que quedara con una amiga suya para que me diera las llames y así me pudiera ir a casa. Que ellas iban a llegar después. Ayer llegué a casa y perreé bastante. Entre couchsurfing, LobingEsteparing y segunda siesting creo que no hice mucho más hasta que sonó el telefonillo y eran ellas dos. Hellen y su amiga Tina, que también se quedaba a dormir. Echamos un café, unas risas, Tina se piró, eché una conversación con Helen que lo flipas, que tiene un planazo emprendedor para después de verano… Despedidas de soltero y solteras organizadas en Croacia para british people, que le dan mucho bombo a este asunto antes de casarse.

Hoy me he levantado y Helen ya se había ido a trabajar. Pero se ha levantado Pamela, su hermana, que parece Mila Jovovich en El Quinto Elemento, y hemos solucionado mi problema del autostop de hoy. Me he cogido bus-tranvía-bus hasta un pueblecito que está al lado de las casetas de peaje. “al lado” es relativo. He andado un ratejo por prados y campos arados. Pero para eso están las piernas. Para hacerlas fuertes. Me he fabricado un cartel que ponía Banja Luka. Me he cansado a la media hora y me he fabricado un cartel que ponía Stav Grad, que era una ciudad que estaba en la misma carretera, y que no había que desviarse. Un amable camionero belgradeño, belgradense o belgradés (el Word dice que la correcta es belgradés) me ha cogido y le he dicho que me dejase en el desvío de Banja Luka. Me ha entendido y hemos emprendido. He medio hablado en alemán con él, porque ni papa de inglés. Y nos hemos entendido!!! Tengo todavía nociones de lengua germánica! Qué ilusión! Cuando ya se me ha acabado el vocabulario he decidido ponerme con mi Lobo Estepario. Y me he quedado sobado en dos páginas. Me ha despertado él “qué ya estamos!!!” o algo así.

He cogido el desvió y me he puesto a andar por la carretera que va camino de Banja Luka desde la autopista con mi cartel de Banja Luka atado a mi macuto. En 10 minutos tenía un coche con un amable conductor que me llevaría para allá. Y daría igual esto en otra situación, pero ahora lo tengo que contar. He parado haciendo dedo a un Porche Cayenne S!!! Así que me he montado y pa’lante. Hemos pasado el control fronterizo y no me han puesto sello. Me hacía ilusión! Pero nada, que no ponen sello. He estado por exigírselo. Jajaja. Después de hablar de política, juventud, autostopistas, su juventud y autostopismo y de innumerables conversaciones telefónicas, Nikola me ha dejado en Banaja Luka.

Aquí no tengo Couchsurfing, así que me he buscado un Hostelito de 10 pavetes la noche. De momento estoy solo. Me he dado una vuelta por el centro para familiarizarme y para comer algo, pero estaba cansado. Me he vuelto y me he ducha, que olía a chotuno después de peajes y mierdas de autostopero… Pero estoy bien, en Bosnia y a salvo. Una cervecita. Un cigarrito. Y poco más va a dar de sí el día. Que entre el pateo de ayer y el autostop de hoy estoy cansadete. Acabo de leer que tengo Couchsurfing en Mostar. A partir de ahora lo llamaré CS.

Un besaco enorme para todos!!!


Tiene pequñas frases ocultas

Los cancerberos del lago

Parecce el hayedo de Cebollera

La garza de cloaca

Petirrojo

La perra-loba de Helena y Pamela

Iglesia ortodoxa - Banja Luka

Más grande la bici


Mucha religión hay aquí

martes, 24 de mayo de 2011

Isla de Rab. Una despedida con baño -- Rijeka. De pasada -- Zagreb. La llegada a la capi

Bueno, bueno, bueno. Que os tenía mal acostumbrados y llevo 3 días sin relato. Jejeje. Estoy muy entretenido, la verdad, por lo que no hago mucho paso por casa, y por consiguiente por internet. Si tengo internet en casa de quien estoy, no paso por la casa, y si no lo tengo tampoco paso, y cuando paso es para leer vuestros comentarios y mails y tal y tal.

El último día que estuve en la Isla de Rab nos levantamos (como se veía venir) bastante tarde. Desplegamos mapas sobre la mesa del porche, y entre la madre, el padre, Sanjin y yo comenzamos a desarrollar mi plan para el próximo mes. Tengo un caco de nombres en la cabeza que funciona más o menos de la siguiente manera. Bosnia (Banja Luka, Mostar, Sarajevo), Kosovo (Prsntina), Macedonia (Skopje) y Serbia (Belgrado), para ir a parar a Rumanía para el día 15 o así de Junio.

Después de un rato que tardamos para llegar a esa conclusión, Lutfija (la madre de Sanjin) había preparado un guiso (gulach) de conejo silvestre del campo de alrededor, que acompañan de gnokis de patata para darle consistencia al asunto. Mu rico, mu rico. Y la hermana había hecho un bizcocho con fresas del jardín. Aquí todo es muy machista y muy antiguo. El padre, me dice Sanjin, protesta por todo.

Después de todo esto nos bajamos a la ciudad de Rab a bañarnos. El agua era más transparente si cabe que en playas anteriores. Mucha conversación y algo de paseo y de historia que nos llevan de vuelta a Lopar. Al llegar la madre me preguntó si me importaba cenar lo mismo que había comido. Ésta no me conoce a mi, que puedo comer pasta dos semanas seguidas!!! Y después tuvimos momento ordenador. Para todos los interesados, y creo que son buenas noticias... Tengo musica de intercambio para aburrir. Así que a ver si me fabrico un poquito de tiempo y subo cosillas a megaupload. U os mando un email con links o algo así. La música balcánica mezclada con Ska o Punk está bastante guapa. Seto, tengo grupos que te gustarán. Ya te contaré por mail o lo que sea.

Al día siguiente, el miércoles, nos levantamos a las 5 y media de la mañana. El padre de Sanjin nos iba a llevar al ferry a Rab. Me ofrece un cigarro y un café entre ruidos, sin palabras que yo pueda interpretar facilmente. En realidad, el ferry al que nos dirigimos es un catamarán que tarda una hora y media en llegar a Rijeka. Habíamos dormido 2 horas porque estuvimos con el tema de la música hasta tarde, y el catamarán iba to petao, así que no dormimos na y llegamos allí a Rijeka como a las 8 y media de la mañana. Es como el catamarán del colegio, un lunes, después de que todo el mundo vaya al pueblo para el finde.

Nos arreamos unos cafés de 70 céntimos cada uno. Deben ser estos a los que se refería Zapatero cuando le preguntaron aquella vez por el precio de un café en un bar normal. Después fuimos a dejar mis cosas a casa de Marija, una amable y vergonzosa amiga de Sanjin que renuncia a mostrar su inglés. Sanjin tiene un examen, y yo me dedico a pasear por la ciudad.

Al quedar de nuevo con Sanjin fuimos a echar una cervecita con sus colegas. Como creo que ya expliqué, aquí son más borricos que nosotros y en vez de tener litronas tienes "doslitronas". Es decir, de 2 litros. Veamos a ver lo rudos que parecen bebiendo de eso. Pues nada, aún con esas cogen vasitos de plástico de cumpleaños y se lo sirven en eso. Son muy cuquis.

El fuerte al que subimos tiene unas vistas espectaculares, y es desde donde empezó a nacer la ciudad. De ahí hacia abajo de la colina. Sanjin y yo llevábamos 3 días - 24 horas al día juntos. Conversamos largo y tendido. Sobre todo. Empezaba la confianza entre los dos. Pero bueno, os echo de menos igualmente. jejeje. Nada más allá de lo normal, bajamos la escalera desde el fuerte, la cual, según me cuenta, nunca puedes contar los escalones para subir y que te dé el mismo número al bajar. Curioso. No lo intenté, porque no me dejó. Al subir subimos en autobús. Al bajar, cogimos un atajo.

He reflexionado sobre la forma que tengo de hacer el macuto. Tiene esto bastante de curioso, porque a todo el mundo le pasa lo mismo: "esto por si acaso, esto por si acaso...". En fin, que como se me ha olvidado hablar en español, y a veces pienso en inglés (en croata todavía no), pues el otro día le dije a Sanjin que: "fuck it. I hate this fucking maybe's", refiriéndome a los objetos que metes "porsiaca". Total, que nos ha hecho mucha gracia y lo utilizamos todo el rato. Lo voy a patentar. Ya se hacer bromas en inglés!!!

Hoy me he levantado en Rijeka, y tras tenerlo bastante claro, me he adentrado en el mundo del autostop en distancia media (150 kilómetros o asín). Primero un bus de Rijeka hasta el peaje, dónde es más fácil que te cojan porque van menos follaos. Al ir a por el bus el revisor me ha dicho que no me llevaba al peaje. Yo tenía la palabrería preparada, escrita por Sanjin. Cuando el revisor me ha visto durante un rato dando vueltas me ha dicho que me acercara. Se ha puesto las gafas, lo cual no había hecho la primera vez, por lo que deduzco que me ha dicho que no por inercia, y ha aceptado 20 kunas (3€) por llevarme al peaje. Allí me han depositado, he escrito en un folio las letras ZG (Zagreb) y no me ha dado tiempo casi ni ha levantarlo que me ha cogido un camienero mu majo. Mu majo por cogerme, porque lo que piensa o lo qué planes de vida tiene no los sé porque no hablaba inglés. Me he cogido El Lobo Estepario, y le he pegado un avance. He vivido uno de esos adelantamientos de camión a camión que duran 3 kilómetros. Desde dentro!!! Él iba en otra dirección, así que me ha dejado en un peaje cerca de Zagreb. Ahí he vuelto a sacar mi ZG, y tras 25 minuticos de nada me ha cogido un señor que luego he descubierto porqué me ha cogido. Tiene unas de estas "sobes" para alquilar, que es lo primero que me ha dicho tras 500 metros de trayecto. Pero mu majete igualmente. Me ha dejado en la estación de tren. Está en el centro. Zagreb, lo que es "lo bonito" no es mu grande.

He dejado las cosas en consigna de la estación. Me he acordado de los 5 pavos que pagamos en Roma por 5 horas de consigna. Ahora han sido 2€ y tenía para 24 horas. Paseíto, paseote por Zagreb, conexión a internet, contacto con Helen (mi nuevo contacto couchsurfer facilitado por Sanjin, que me ha apañao todo desde su casa hasta Zagreb) , y ahora estoy en casita tranquilamente. Sano, salvo, y con ganas de ir a Bosnia.

Hoy me he enrollado como las persianas, y creo que es la mejor idea hacer un solo post cada vez que escribo, aunque sea de varios días, que luego es un jaleo. Así que como podéis comentar, pues me decís que tal os parece. Aunque creo que me diréis que bien, porque por lo general os caigo bien y no me ponéis pegas. JAJAJA.


En fin, que seas buenas chicas y chicos. Madres y padres. O lo que os haya tocao. O lo que queráis ser. Que para malo ya estoy yo que me he ido para daros envidia a todos.


Un besaco para cada uno (o dos) y una hinchada de fotos que vais a flipar!!!


Monumento al guerrero español desconocido, al guerrero croata, al guerrero yugoslavo. A los guerreros del mundo. Como el anuncio de CocaCola. Para todos los guerreros --- Rab

La Torre de la temperatura más alta - Rab

La mejor manera de reflejaros como es la ciudad es enseñars un grafitti de Rijeka reflejado en una ventana

Más soldados conocidos o desconocidos - Rijeka

Ese pájaro-dragón es el símbolo de Rijeka. El original se sitúa en el fuerte que está en lo alto de la ciudad. La ciudad está llena de carteles de visitas del Papa actual. Y todavia del anterior. Alguien tiene algo en contra de que venga el Papa, que le lanzan al dragón - Rijeka

La pillé al vuelo - Rijeka

Otro soldado desconocido. Al fondo se ven los edificios soviéticos. Moles de hormigón - Rijeka

Homenaje a John Strummer, de The Clash. "Muerte o gloria, joder, esa es nuestra historia" - Rijeka

Dicen que Rijeka tiene mucha influencia Veneciana en el lado occidental del río, y es cierto. En sus calles, callejuelas, pasadizos. Pero el lado oriental es el lado por el que se siguió ampliando cuando se conviritió en puerto industrial y astillero. Ahora las afueras las reinan esos grandes edificios soviéticos que se quiebran por todos lados - Rijeka

Atardecer en Rijeka desde el Fuerte

Atardecer desde el mismo lado. Es que me gustaba mucho

El pollo-dragón este de Rijeka

Ohh! que bonita!!

Teatro Real desde la Fuente de la Vida, en la Plaza del Mariscal Tito - Zagreb

Estoy pensando hacer algo con esta foto. Me resulta muy emotiva la fuente - Zagreb

Reflejos de Zagreb. Yo incluido. Por cierto... Me he rapado la cabeza como de costumbre. En croata!!! Bueno, en casa de Sanjin, en inglés.
Catedral de la Asunción de la Virgen María. Tiene un parche, debe ser que no tienen dinero para acabarla. Pero a mi la Virgen María esa hecha de oro me parece que bastaría para pagara - Zagreb

O si no esta lámpara de oro en el interior, salida de cuéntame

Sólamente pone "Estación de tren", pero es la palabra "kolodvor" (estación) es una de las que me sé - Zagreb



domingo, 22 de mayo de 2011

Isla de Rab. Un paseo continuo con olor a lavanda y romero

Ayer no nos despertamos pronto. Comimos directamente cuando nos levantamos para tener toda la tarde libre. Comíamos mientras Sunjin me advertía de que su madre le pedía disculpas a su padre por no haberle tenido la comida preparada cuando volvió del ver al ganado. Antiguas tradiciones para gente de campo, supongo. Sunjin me lo contaba algo avergonzado. Terminamos de comer y emprendimos largo camino hacia la Playa Sahara. La llaman así por que es de arena fina, tiene dunas, y se adentra en los árboles debido al viento, que transporta la arena entre ellos sin reparo.

Aquí la mayoría de las playas son nudistas, pero en realidad nosotros sólamente vamos de paso. Vamos de playa en playa, trepando entre las rocas. Sunjin va descalzo, pero yo soy una ratita presumida de ciudad. Mis pies planos como los de un pato duelen. Opto por las chanclas. Todas estas playas, a estas alturas del años, en pretemporada, están llenas de mierda. "Todavía no las han limpiado para los turistas", me dice. Y es que aquí viven por y para eso. También nos encontramos restos de la antigua cárcel de mujeres y de hombres, en sendas islas que se encuentran a pocos kilómetros. Hemos pasado cerca de dos antiguas torres de vigilancia que se encuentran en la Isla de Rab, pero que servían para controlar el mar por posibles fugas de los prisioneros. Ahora allí hay un restaurante. Vamos mejorando.

Después de toda la vuelta, subimos por una pared de roca. Al final de ella me sorprende encontrar un banco y una papelera. Un entorno de los más romántico para Sunjin y para mi. Se ve todo desde allí. Tenemos una panorámica de lujo, tenemos un cigarro y tenemos agua, así que nos dedicamos a meditar y charlar desde la alturas. De vuelta a su casa, tras tres horas y pico de pateo, pasamos por un curioso sitio. Es la casa donde nació San Marino, fundador de la república actual de San Marino. Este hombre nació aquí, en la ciudad de Lopar. Fue expulsado por Diocleciano, que era aquel que tenía el palacio en la ciudad de Split. Por lo tanto se tuvo que ir a buscar su nuevo hogar surcando mares, llegando al fin al actual territorio de San Marino. Un poquito de historia, que no todo va a ser chiste.

Llegando a su casa Sunjin me traduce que un señor le ha dicho que se quite el piercing de la nariz, que eso antes se lo ponían a los cerdos. Todo el mundo bromea con lo de su piercing, o con sus pantalones verdes, o con su melenilla. La gene de pueblo, que cuando ve algo raro se escojona de la risa o se escandaliza del miedo. A mi ya me han llamado "pirata" más de una vez por los pendientes. Al llegar a casa he procedido, con ayuda de su hermana Jasmina, a cortarme el pelo. Vuelvo a estar rapado de nuevo. Toda una profesional, sin ofender a Anita, y una perfeccionista en la profesión del estilismo.

Mientras su madre prepara todo escrupulosamente porque hoy llegan inquilino a las habitaciones que alquilan, nosotros nos bajamos al centro para intentar parar algún coche que nos lleve a la ciudad de Rab, donde estuvimos por la noche ayer. Al final para un coche, que resultan ser los padres de una amiga de Sunjin. Nos llevan hasta el centro de Rab. Interesante ciudad de cuatro calles principales (por las cuatro estaciones del año), doce calles perpendiculares a estas (por los doce meses del año), trescientas sesenta y cinco piedras seguidas en la calle principal (por los días del año), cuatro torres (por las temperaturas más altas de cada estación)... Una ciudad llena de símbolos que, curiosamente, alberga la estatua de San Marino, aunque él nació en Lopar. Supongo que será para hacerle la visita más fácil a los turistas. Solamente les falta trasladar la casa de San Marino a Rab también. Y las playas.



Ayer me enteré de que la rata de Sunjin se llama Orċun. A ver si les enseño nombres normalitos.

Y venga con la manivela!!!! Resto de algún barco

Al fondo, Naked Island (La isla de la prisión)

Desde el banco romántico

Aquí nació San Marino, ahora cuadra para ovejas o lo que se tercie

La torre (tempeeratura) más alta de Rab