martes, 9 de agosto de 2011

Иркутск (Irkutsk): Saunas y aguas frescas


Nada tiene que ver esta zona y su naturaleza con todo lo anteriormente vivido en el viaje. La verdad es que estaba esperando con anhelo salir de la monotonía de las ciudades para desembarcar en un paisaje como este. Aunque, he de decir que los planes no han funcionado de la misma manera que yo creía que iba a funcionar. En principio el plan era ir al Baikal, y otro día subir a las montañas. Pero por despistes varios, fallos en los planes, diferencias de horarios y un largo etcétera, he ido al Lago Baikal (Байкал) pero no he subido a la montaña.

El día que llegué a Irkutsk dejé las cosas en la consigna y me fui a dar una vuelta por la ciudad. Ilya no podía recogerme hasta por la noche, porque estaban fuera de la ciudad, así que tenía todo el día para mí, para vagar por la ciudad. Tal vez una ciudad que se ve en un día, para que el resto del tiempo se pudiera aprovechar fuera de Irkutsk. Ciudad con aires de grandeza. El lago cercano y todo lo que ello conlleva la hacen tener la apariencia de ciudad de vacaciones aventureras. Muchas botas y muchas tiendas de campaña por doquier. Muchas mochilas a las espaldas y muchas furgonetas con carteles de las empresas. Al llegar a la estación, muchos guías con los carteles señalando el nombre de la agencia. En algún momento me tocará hacer algo de esto. En algún país. En alguna montaña o río, para no perdérmelo. Pero de momento no es el caso.

Paseando por Irkutsk el sol aprieta. Es domingo y la ciudad tiene vida. Aunque vida de ciudad de trabajo. Alguna que otra boda en alguna que otra plaza. Decido perderme por algún lado que no sea el centro, y desemboco en un barrio en que todas las casas son de madera. Caminando, intento dirigirme hacia donde está la oficina de turismo. Está completamente fuera del centro. Yo estoy convencido de que la calle en la que estoy es la calle en la que e sitúa la oficina. Al llegar a ella está cerrada. Es domingo. No me preocupo. Tengo días de sobra. Me dirijo hacia el mercado. El mercado central de Irkutsk tiene renombre en la zona por tamaño y variedad. Diversos tipos de miel endulzan la entrada (o la salida). Diferentes tipos de miel con diferentes tipos de avispas en su interior. Nadie pone ninguna pega. Todo tipo de verduras. Y en el mercado cubierto, todo tipo de ropa. De lo más hortera a las chupas de cuero más guapas. Continúo caminando por el mercado, lleno de tonos orientales. A 700km de Irkutsk se encuentra Ulan-Ude, y a menos de 5 horas está la frontera con Mongolia. No solamente la inmigración, sino también el mestizaje, son más que palpables en esta ciudad de Siberia. Continúo mi paseo hacia el Bulevar Gagarin, en honor al famoso astronauta soviético. Es domingo, y un par de bandas amenizan a las personas mayores, que disfrutan a ritmo de “pasodoble ruso”. Hago tiempo y recorro espacio. Aunque ya va llegando la hora de quedar con Ilya.

--- Sentado en el Bulevar Gagarin me he conectado al WIFI del Hotel Irkutsk. Viendo la procedencia de las búsquedas en Google, que al final llevan a mi blog, me encuentro con los siguientes parámetros de búsqueda. A las claras: Que la gente pone esto, y más arriba o más abajo aparece mi blog y la gente lo pincha. GEMELACOS, porque Gala una vez puso “gemelacos” en un comentario; QUESO RUMANO ENVUELTO EN CORTEZA DE ÁRBOL; DÓNDE SE ENCUENTRA TIMISOARA; CUÁNTOS DÍAS ESTAR EN BUCAREST, aquí la gente se cree que Google es el oráculo; LA HISTORIA DE LAS BARBIES QUE SE VEA Y QUE NOS CUENTE LA CEÑORITA, no entiendo como esta lleva a mi blog.

Tras llegar a su casa, tarde, tomamos un té, hablando de esto y de aquello. Conversaciones semivacías que intentan llenar ese hueco que dejan los silencios entre gente desconocida. Pero cada vez se me da mejor llenar esos silencios, cosa que antes me resultaba incómoda y además no sabía cómo arreglar. Pero la música lo arregla todo, y la novia de Ilya, Nadia, sabe tocar la guitarra. Además, Yulia, hermana de Nadia, también canta y saca música del instrumento, por lo que nos vemos amenizados por una banda rusa en directo. Digo nos vemos porque se ha unido a la velada Ana, de Barcelona, que vino a trabajar hace un año a Rusia y aquí se ha quedado. El caso es que hablé con ella por CS y resulta que me la encuentro en casa de esta gente.

El lunes ya es hora de despertarse a las 11 y algo. Nada del otro mundo para mí. Ya sabéis que soy un poco marmotilla. Me estoy empezando a acostumbrar a tomar mucho té. La verdad es que ahora me gusta más que el café. Quién lo diría, verdad mamá? Con lo cafeteros que éramos los dos. Aficionado al té y a otras muchas variedades que he descubierto en Irkutsk, como la mermelada de grosellas, las galletas con dulce de leche, los pepinillos en vinagre caseros, que aquí no son pepinillos, que son pepinos enteros, los raviollis de requesón, y otros muchos manjares. Después del té nos vamos a buscar al padre de Ilya, y con él nos vamos a la playa de río Angara (Ангара). Ahora la playa está llena de césped, y dentro del agua tiene arena de playa. La verdad es que es un placer. Y, he de decir, que en ese momento del lunes estaba dudando si era el agua más fría que había probado en mi vida. El agua del Angara puede competir con aquel agua de la cascada de la ermita de Villoslada de Cameros. Ana, te acuerdas? La temperatura del agua del Angara depende de la apertura de las esclusas de la presa. A más apertura, más corriente, y más agua nueva desde el Baikal. A más agua del Baikal, más frescor. Y digo yo que en ese momento estaba todo el frescor del Baikal tocándome el cuerpo. Y duramos 10 minutos, si llega, dentro del agua. Y el padre del Ilya que se va nadando, y se tira, más allá de las boyas, y más allá de lo que nuestra vista alcanza, una hora y media nadando. Está en forma. Y no le duele ni nada.

Al irnos, el padre se ha dejado las luces puestas y la furgo no tiene batería. Con cautela, para no pasarme de listo, le pregunto a Ilya que si no se puede arrancar a empujón. Cuando le pregunta al padre me temo una respuesta de padre del estilo de: Pues claro, acaso crees que no lo sé? Pero no, la respuesta es: Ponte al volante que la vas a arrancar tú, que yo no sé. Lunes 1 de Agosto, 16.00. Montado en una furgoneta con el volante a la derecha, porque aquí hay mucho vehículo japonés con el volante a la derecha, me dirijo a arrancar una furgoneta. No os preocupéis, que de esta he salido con honores. El padre me da la mano una y otra vez, y me invita a comer. Al despedirnos, me da las gracias tres o cuatro veces. Es un maestro de la copla este hombre, pero a nosotros ahora nos toca irnos hacia el Baikal.

Nos rodea una enorme extensión de taiga en todo momento. Enorme no es la palabra. Tal vez infinita. Al fin comprendo esos términos de taiga y tundra que rondaban por los libros de “Conocimiento del Medio” cuando éramos pequeños. Que, por cierto, he descubierto que en ruso se pronuncian igual: taiga y tundra, pero escritos en cirílico. En el tren aprendo a jugar a las cartas a algún juego ruso. Difícil entenderse para explicarlo, pero creo que he ganado alguna partida. Aunque, a mí, todo lo que no sea el “chinchón” me aburre.

Al llegar, nos encontramos con una estación en medio de la nada. No hay casas alrededor. Nada que invite a quedarse, más que la basta naturaleza que nos rodea en todas direcciones. Desde ahí cogemos una veredita entre los árboles. El calor aprieta, pero empieza a oscurecer y el camino se hace más llevadero. Una hora de trayecto desde la estación hasta una aldea, a la que no le falta una capilla ortodoxa, en la que acamparemos. Yo en ese momento no sabía nada. Nada de nada. Solamente tenía la idea de que acamparíamos. Y de que la tradición es “bañarse en el Baikal la primera vez que lo ves” , según Ilya. Yo no me lo creía mucho. Le digo que seguro que se está inventando una tradición para mí, y me dice que sí. Aun así, tengo ganas de bañarme. Cuál es mi sorpresa, que al llegar cerca del Baikal, Yulia saluda a un chaval. Dice que pasemos por la puerta de una valla que cerca un conjunto de casitas de madera. Este buen chaval tiene un conjunto de cabañas de madera en alquiler a la orilla del lago. Junto a ese complejo, unas cuantas plataformas de madera para poder plantar la tienda a gusto. Además, tiene una sauna a orillas del lago. Así que os podéis imaginar la historia. Aunque, aun así, os la contaré. El pueblo se llama Андриановская, por si alguien quiere pasarse algun dia.


Vamos al edificio de la sauna después de montar la tienda, lo cual no tiene mucho misterio porque es una Quechua de 2 segundos. Sí, aquí también existe Decathlon. Yulia y Nadia tocan la guitarra. Yo escucho con atención sin entender nada, pero alguna canción es repetida del día anterior. Ya tengo canción preferida en ruso. Белая гвардия es la artista. Después de un rato entre té, tomates, pepinos y guitarrita Yulia me dice que si pruebo la sauna. Digo que no en un principio, pero me dicen que hay que hacerlo. No sé si por vergüenza o por lo que sea, en principio no me apetecía, pero se me quita la tontería. En la sauna entramos en pelotas. Dentro la temperatura es de 70 u 80 grados, no recuerdo bien. Eso es mucho calor para una persona, advierto. Pero notas como todo lo malo sale de tu cuerpo por tus poros. Después de unos 15 minutos de sauna el cuerpo no aguanta más, y creo que podéis adivinar qué es lo que toca ahora. Salir corriendo hacia el Baikal, en pelotas colganderas, y tirarse de cabeza al agua helada. Inevitable gritar debajo del agua con el primer contacto. Inevitable gritar cuando sacas la cabeza del agua con el contacto con el aire. No tengo palabras. Solamente me entran escalofríos de acordarme. Uno, de esa manera, duerme mucho mejor. Y más aún si repite el proceso tres o cuatro veces, como hice yo.

Al día siguiente caminamos por las vías del Circumbaikal hacia el norte. Hacia la desembocadura de un río en el Baikal. Al principio de los tiempos, el tren cruzaba el Baikal subido en un barco, hasta que construyeron las vías del Circumbaikal, que rodea el Lago. Ahora bien, las vías las hicieron pensando en otra cosa, y los cimientos se vieron vencidos por el agua, por lo que hubo que construir un segundo Circumbaikal. Ahora mismo el primero se utiliza como sendero y como recorrido de un tren turístico que sale una vez al día. Y así lo utilizamos nosotros, para recorrerlo. Misterioso paisaje de un tren fantasma que ya nunca volverá a pasar por ahí.

De vuelta en Irkutsk, el miércoles y el jueves merodeo de nuevo por la ciudad. Vagueo en casa. Quedo con una chica de CS. Vamos a la playa de nuevo. Jugamos al voleyball con la familia de Ilya. Cocino pisto. Y el jueves nos vamos a casa del padre de Nadia. Tiene una casa en un pueblo a las afueras de Irkutsk. Llego en autobús, en el que un amable ruso me ha dicho donde bajarme, tras leer lo que Ilya me ha escrito en un papel. Sigo las instrucciones y me encuentro con Ilya y Nadia a mitad de camino. Allí la abuela tiene una casa de campo con un huerto enorme. Mucha envidia es lo que me da. Y más adelante está la casa del padre. Una casa prefabricada de madera, con todo tipo de comodidades. La casa está a medio hacer, pero se ve que va a ser un palacete con todo lujo de detalles. La cocina está a capricho, y en realidad todo lo que hay en la casa. Calefacción, agua procedente de un pozo, unas cuantas pulgadas de televisión con equipo 7.2 de sonido… Y una sauna fuera! Cuando llegamos, nos ponemos a hacer lumbre para calentar la sauna. Después de la cena cataremos la sauna. Es una pena que aquí no haya un Baikal para tirarse después, pero una cerveza fresca que me ofrece el padre de Nadia baja la temperatura de mi cuerpo sudoroso. Maravillosa aventura esta de las saunas, tras la cual me planteo si funcionaría una a orillas de la laguna de Cebollera.

El viernes no me cunde demasiado. El padre de Nadia nos lleva de vuelta a Irkutsk. En casa vagueo, me echo la siesta, tonteo con las fotos, leo, escribo, hablo con Ilya y compro los billetes para UlanUde. Ya tengo los billetes de UlanUde a Vladivostok, que salen el sábado a las 14.32. Después de comprar los billetes de Ikutsk a UlanUde nos damos cuenta de que los he comprado para dos horas antes, y que justo cuando nos damos cuenta es la hora en la que parte el tren. La hora de los billetes la pone en horario de Moscú. Entre el horario de Moscú, el horario de Irkutsk, un tren, el otro… Me he hecho un lío y he comprado el que no es. Vamos a la estación y me devuelven el 50% del precio del billete erróneo. Compro uno nuevo y ahora sí, parto hacia UlanUde. Próxima parada: Vladivostok. Escribiendo desde UlanUde, una ciudad de paso, esperando un tren que sale dentro de dos horas. Una estación llena de gente corriente, corriendo y saltando.

---He de añadir, como actualización de última hora, que ya he llegado a Vladivostok, y me dispongo a ir esta tarde al estadio. Como un ruso más, aficionado al fútbol, en un estadio como el del Rayo. Tras tres noches de tren agotadoras, desastrosas, locas, Tolstoi, calor, frío y un constipado pasajero que agarré y me quité en el mismo tren he llegado al fin. Al fin de esta etapa. Pero ese viaje en tren os lo contaré más detalladamente en la siguiente entrega de esta novela de aventuras en fascículos.

A mi llegada a Irkutsk me doy cuenta de que que ciencia y religion van de la mano. Una con un remedio curativo en una jarra y la otra con la biblia ortodoxa, para los otros grandes males.

Primero contacto con Irkutsk, en un cruce con una маршрутка. El autobus que no es autobus del que una vez me asombre en Skopje

Irkutsk cumple 350 anhos desde su fundacion. No se como lo hacen para saberlo con tanta exactitud

Lenin haciendo el perrito con la mano, jugando con su sombra

Mama, quiero una habitacion soterrada, que da mucho buen royo Fraggle Rock... Y al anho siguiente la casa va y se hunde

A esa senhora no se le ha averiado el coche y se ha quedado con el remolque de la gasolina. Lo que hace es ganarse la vida vendiendo квас

Si, si, si... Tranvias, coches y camellos en Irkutsk

En la calle de Karl Marx... Levi's debe ser otro social-comunista importante

Cerca del mercado central me encuentro con un carte de propaganda del partido estalinista

Todo buen hombre que contribuyera a la prosperidad de la CCCP ahora tiene su calle. Aqui la calle de Gagarin, el astronauta. Y en alguna ciudad hay calle a la perra Laika


Si, si, si, el enanito en el Lago Baikal

CirkumBaikal

Escena de pesca y camping en Baikal. Ampliando la foto y examinandola se ven detalles interesantes

Los gatos son mi fetiche en este viaje, este a orillas del Baikal

No tengo fotos de la sauna, pero con esta doy fe de que me tire. Desde esa posicion ya no hay vuelta atras. Ilya me mira en jarras

Orugando


Gaviotas de agua dulce

La gente abandona los gato en los vagone de tren. Asi, la gente lo alimenta y no mueren. Nadia y Yulia hicieron lo posible por dar en adopcion a este, llamando a todos sus amigos. pero no fue posible

Tras llenar el buche

Escuela de Ingenieros Aereos. Y fabrica de aviones

Ilya, бабушка y Дядюшка (los abuelos)

El abuelo de Ilya obtuvo sendos diplomas tras el ascenso del Pico Lenin, de 7000 y pico de metros. No se si el diploma te lo dan arriba, o si bajando un poco de nieve alguien la prueba y, notarialmente, se acredita. La foto de abajo, efectivamente, tiene por marco una tapa de una caja de zapatos.

3 comentarios:

  1. BOHUITIIIIIIISSS!!!!
    hacia mucho que no te leia...que gustazo de verdad, de mexico a rusia por un momento, sacando la cabeza de los colores de aqui para empaparme de otros distintos que desconozco pero que me encantaría tocar, como son los de allá.
    Me alegro de que sigas asi como sigues,si???te mando muchos muchos besos enormes y giagntes!rebonito!!! :)
    sara.

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  2. hostia tu, ke apasionante es kada eskina ke describes... estuvimos en el sella seto, jorgito y se apunto diego (primo ibizenco): el agua no estaba tan fría como allí, en lugar de té nos inxamos a sidra (y variados), nos encontramos a villaverderos ke te mandan besitos, y hemos vuelto con un agujero enla cabeza muy interesante... tenías razon, la conexion arriondas-ribadesella es una zona de guerra!!
    un besazo ektor.

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  3. Güenas, güenas, güenas,

    Estaba leyendo tu último post y me disponía a escribir un comentario (que te tengo bastante abandonado, pero ya sabes que por algunas zonas del norte no hay cobertura de móvil, ni Internet, ni wifi, ni ná de ná, lo cual a veces se agradece), cuando hemos recibido tu llamada de teléfono, con lo cual es difícil situarse en tiempo, lugar, espacio... pero, en fin, que espero que cuando leas esto ya estés en Vietnam y tengas solucionados todos tus problemas de visados. La aventura... es la aventura.

    Nosotros por aquí estamos, en Asturias, aprovechando los poquísimos días de NO-LLUVIA de lo que va de temporada (que hasta tenemos suerte). Mientras tú te has cruzado un continente, de punta a punta, nosotros hemos conseguido hacer León-Gijón. Pero bueno, no se nos da nada mal. Ya sabes, fabada con su correspondiente morcillita y chorizito, fritos de pixin, arroz con leche, etc. etc. y todo regado con su correspondiente sidrita. Esta tarde no nos olvidaremos de escanciar una A TU SALUD!!!!

    Pero bueno, esto nada tiene que envidiar a tus recetas de gazpacho, pisto y tortilla “deconstruida” y “socarrá” (lo digo por las fotos... je, je, je!!!) Eres todo un cocinilla!!!!.

    Bueno, como dicen por aquí, besines y abracines.

    Mamá

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