Tras un viaje no muy largo desde la ciudad perdida de la mano de dios (Павлоград o Pavlohrad) y el intento de autostop y todo el berenjenal, al final llego a Donetsk. Y llego a las 16.15, justo 15 minutos después de que Anastasya entrara a currar. Decido dejar el macuto en la consigna de la estación de autobuses, no sin antes sentarme en las escaleras de la estación a contemplar el panorama, que es exquisito, y fumarme un cigarro.
Entre la fauna diversa que contemplo a mi alrededor, he de comentar la situación de un hombre, bastante borracho y adormilado, sentado en el suelo con su bolso de viaje junto a él. A su vera, una señora le zarandea, sin que el otro haga ni puñetero caso. La señora bien podría ser su tía, madre o conocida, haciéndole notar que “llevas un pedo que no te aguantas ni tú. Haz el favor de levantarte que nos está viendo todo el mundo”. A todo esto, el chaval hace caso omiso a la situación. Tratando de desviar mi mirada hacia la derecha, me topo con una barra de cervezas, estilo las de las fiestas del pueblo, en la que un padre pide dos cervezas pequeñas y se las da en mano y con total aprobación a sus hijos de 4 y 6 años. No más. Y yo no soy bueno para las edades, pero el mayor de esos críos no tenía más de 7 ni de coña. Con un entorno alcoholizado, me decido a entrar a la consigna a dejar el macuto. Son las 17.00 y la consigna cierra a las 18.30, pero por 2grunas (20 céntimos de €) creo que compensa darse una vueltecita.
Me paso por un super a comprar algo de merendar. Es cierto que no he comido todavía. Me vuelvo hacia la estación y me voy a un parquecito cercano. Cruzo las vías del tren, cruzo un puente, lo descruzo, descruzo las vías del tren, me siento a contemplar como unos piden dinero con un cartelito en colaboración con alguna organización, que intuyo no existe… Y me vuelvo después de un rato a la estación para recuperar mi macuto y ver como el borrachuelo de antes me pide mechero. Le entiendo, pero me sigue hablando y le digo que no entiendo ruso. Me dice “you speak english?”. Le digo que sí., y me contesta “Everyday?”. Así que me quedo un poco descolocado, y me dice “thank you” de manera irónica, borracha, o ucraniana. No lo sé muy bien. Ya con mi macuto me voy al mismo parque y me siento a leer. Hasta las 21.15, que se supone que Anastasia sale de currar, la llamo, y la voy a buscar al estadio de fútbol, dónde el domingo empezó la liga y Anastasia era azafata. El Shaktar Donetsk ganó 4-0.
Anastasia tiene 19 años. Vive con su madre y con su abuela. Al quedar con ella se han acabado los buses. Volvemos a casa andando ella, su exnovio y yo. “No está muy lejos”. Pero ese “no muy lejos” se hace hora y media andando, a lo que su madre responde en casa “son casi 5 kilómetros”. No había otra opción. Anastasia y Artur discuten sobre los peluches que él le regaló, sobre el dinero que él se gastó en ella… todo en tono irónico. Y es que empiezo a pensar que la ironía se puede entender aunque no se comprenda el idioma. El tono de la ironía empieza a ser internacional para mí.
Al llegar a casa de Anastasia, me presenta a su madre, que nos hace la cena. Conversamos un poco con Anastasia de traductora simultánea, y nos vamos a la cama. Anastasia va a ir a Madrid en Agosto, para la visita del Papa. Todas estas situaciones me asustan un poco así de sopetón. Temo meter la pata en algún comentario. Ya sabéis todos de qué pie cojeo, y no quiero decir nada que no deba y que pueda sentar mal.
El lunes me levanto y Anastasia y su madre se han ido cada una a lo suyo. Así que la situación es que me encuentro con бабушка (babushka, o abuela en ruso). Bien, Babushka es una señora que no me ha dicho su nombre y que directamente todos me han dicho que la llame Babushka (abuela). Es una señora de la cual no se tienen noticias exactas de su año de nacimiento porque los papeles se quemaron en los bombardeos de 1941. Ronda los 80. Tiene una sonrisa eterna con dientes de oro en proporción 25% de oro – 75% dientes. Unos ojos azules que embelesan. Anda encorvada. Habla con el gato todo el rato. El gato se llama Pussy, que en inglés significa, además de “gatito”, “coño”. Al llegar la madre, me dijo que comiera, y que después no iríamos juntos a la parada de autobús. Yo iría a Donetsk, para ver la ciudad un poco a mi royo.
Donetsk tiene esa mezcla entre edificios soviéticos, edificios nuevos en estilo clásico, estatuas de comandantes, sargentos, generales, Lenins… Es la ciudad minera más importante de Ucrania. Me pierdo con sus calles durante unas horas, leo, me pierdo en cirílico, me encuentro en latín…. Y a tener que quedar con Anastasia, el móvil lo tiene apagado. Espero leyendo durante dos horas y cuando ya me canso y he perdido los autobuses, o por lo menos llevo media hora esperando y no pasan, decido ir andando a casa. Hoy tardo solamente una hora y 10 minutos. Al llegar ya he hablado con Anastasia por teléfono antes. Babushka dice que cómo se me ocurre ir andando. Qué gracias a dios que estoy allí. La madre se ríe. Se ríe preguntándome si quiero cenar. Y mientras le digo que no, se ríe diciendo, según me dice Nasia (extraño diminutivo de Anastasia): “da igual, te voy a sacar cena igual”. Y la abuela dice “no le hagas caso. Sácale cena igualmente”. Babushkas son babushkas, no importa donde estés.
Al día siguiente, martes, me despierto y la abuela me abraza. Es para comérsela con patatas. Me dice que si desayuno. Le digo que bueno. Todo esto entre gestos. Y me saca un platazo con pepino, arroz, carne guisada, que me deja baldado para leer con ella. Cada uno su libro. Cada uno a su royo, con Pussy rondando y haciendo carantoñas. Hemos probado “the experiment”, que es hacer que lloras, y Pussy va y te arrechucha y te lame la cara. Lo he intentado y conmigo también funciona. Después de leer un rato la madre de Nasia viene con su padre. Le ayudo a descargar del coche unos azulejos y subirlos al piso. Luego, nos dirigimos el padre, la madre y yo hacia su casa de campo. Está al lado de una mina, en la que el abuelo de Nasia fue el Director de Ingenieros durante su construcción. En el huerto de la casa tienen de todo: frambuesas, fresas, judías, tomates. Me recuerda mucho a Valdeavellano. Luego, la madre de Nasia me lleva a dar un paseo por la mina. Por el exterior. Dentro no se permite el paso.
Después bajaré en el mismo autobús que algunos mineros y chichas oficinistas hacia el centro de la ciudad. Bueno, en realidad hacia el centro de la ciudad dónde vive Nasia, que es como Getafe, pero se llama Макеевка (Makeebska). La madre le ha dicho a una señora que me avise donde bajarme. Cuando me bajo, el bus 23 se acaba de ir. Le trato de explicar que el bus 100 también me lleva hacia donde quiero. Pero es imposible. Creo que la madre le ha dicho “tú estate a que se coja el 23, que como se me pierda el chaval, te busco la ruina a ti y a tú familia”. Por lo que al final viene el 23, me lo cojo, y la señora se queda mucho más tranquila.
Nasia y yo nos damos una vuelta por el centro. Hemos quedado en el estadio de nuevo. Me empieza a ser familiar. Hablando sobre CS, la gente que se ha quedado en su casa, la gente que me ha dejado a mí su casa, sobre religión, sobre su viaje a Madrid, sobre el mío, sobre aprender ruso, sobre cervezas. Después volvemos a casa, de nuevo en el 23, para volver a tener al situación de “no quiero cenar”, pero me lo voy a tener que comer con patatas. Además. Ayer martes la madre no estaba, y la abuela pone raciones dobles. Nasia cena conmigo. Después hablamos un rato con la abuela. Recuerda algunas palabras en alemán de la guerra: “a casa, documentación, atención, quietas”… le brillan los ojos. Le pregunto que si ella nació aquí, y me dice que no, que ella nació en Rusia “por supuesto!”. Después de un intenso martes, nos fuimos a la cama.
Llegada |
Ahí está el camarada. No hay referencias de tamaño, pero puede ser como un edificio de 6 o 7. |
"Dimitri, ¿qué has aprendido hoy en el colegio?" - "Que la leche viene de Milka" |
Plaza Lenin |
La catedral |
Sergéi Nazárovich Bubka (Сергій Назарович Бубка). Saltador de pértiga - Su última marca de 6,14 m, establecida el 31 de julio de 1994 en Sestriere, Italia, permanece imbatida desde entonces |
Pussy |
Los padres |
Mina Butivska |
Donetsk |
UFF!!! UFF!!!
ResponderEliminarDe pronto qué atracón de post, fotos, nuevas rutas y ciudades que ubicar en el mapa, las clases de cirílico, etc. etc.
Después de un par de semanitas durante las que nos has tenido abandonados, casi no da tiempo a asimilarlo todo. Pero bueno se te perdona, teniendo en cuenta que has estado con muy buena compañía, ¡sorpresa incluida! ;-))
Ahora me imagino que ya estarás a punto de hacer las maletas (es un decir) y poner un pie en Rusia. A ver qué tal se te da esta nueva etapa (digamos que... ¿de casi 9.000 km?) y nos cuentas tu experiencia con los CS rusos, las comidas de sus madres y abuelas (cómo te lo montas, ¿eh?), el transiberiano... Esto promete.
Bueno, te mando un montón de besos que tenía atrasados (creo que desde Warszawa).
Zhelayu priyatno provesti vremya! (para que vayas practicando ruso: ¡Qué lo pases bien!)
мамочка
hola hola hola....(cuando lo aprendamos en ruso, te lo dedicamos.....)
ResponderEliminarSe te echaba de menos......, ya contaron tus padres y tu abuela esta mañana que estas encantado de la vida..... nos alegramos!!!!
Nosotros no estamos tan lejos, andamos por tierras gallegas (Rias Baixas), mañana nos vamos a Piedrafita..... El viernes nos juntamos con tu abuela y tus padres.....
Sigue adelante con el TRANSIBERIANO
Me tiene alucinado esta parte que ahora comienzas. detalles, muchos detalles!!!!
Un besazo enorme
Fer y Gema
Me he descargado los post para leerlos en el pueblo
Además de suscribir todo lo que ha dicho мамочка, tengo que añadir que siento envidia sana cada vez que leo un capítulo de tu extraordinario viaje. Sigue disfrutando de esta fantástica experiencia.
ResponderEliminarDale kaña torete, espero ke te sigas encontrando buena gente y muxas babushkas!!
ResponderEliminarun besazo y suerte ke esto esta empezandooo!!
Héctor tripontxi.