Después de un mes en Tailandia, o por así decirlo, casi un mes en Pai, me piro de aquí. Me piro a la India. Volví de Pai a Chiang Mai, no sin antes soltar, o casi, una lagrimilla al despedirme de la peña. Pero claro, no todo iba a ser tan fácil. No iba a ser tan fácil salir de aquel lugar que me ha dado cobijo durante tres semanas. Llegamos a la estación y el autobús público va hasta los topes, así que nos metemos en otro minibús que sale en media hora. Al revisar los tickets… pues claro, no tenemos tickets porque nos hemos metido ahí por todo el morro, así que nos bajan. Queríamos salir a las 12.00, y al final cogemos una minivan por el doble del precio que sale a las 14.00. Bueno, la espera es llevadera, viendo el operación triunfo de EE.UU. en la tele del bar de al lado, cerveza en mano. La minivan es rápida. Lleva un piloto, porque no es un conductor, es un piloto, que toma las curvas “arrás, Carlos, cuidado barrooo!!!” Como Luis Moya a Carlos Sainz. Pero bueno, que llegamos sanos y salvos a Chiang Mai.
Una amiga que hice en Pai, que ahora se ha mudado a Chiang Mai, me dio cobijo durante un par de días, mientras terminaba de apañar el visado indio. Qué ya lo tengo! Qué ya tengo la jodía pegatina en el pasaporte! Qué ya está! Qué y puedo ir a India!!! Así que nada, me cogí un tren que, no sin esperas, ha llegado a Bangkok… digo no sin esperas por no decir con todas las esperas del mundo. Madre mía! Que ha llegado cinco horas tarde! Qué teníamos que llegar a las 5.30 de la mañana y hemos llegado a las 10.30 raspadas. Eso es puntualidad! En fin, que ya estoy en Bangkok, con la calma y con el monzón, que acaba de empezar a apretar hace cinco minutejos. En el tren iban dos que han hecho lo que procuré no hacer. Pillar el tren para llegar a Bangkok la misma mañana que sale el vuelo. Pues que se iban a Singapur a las 11 de la mañana en un vuelo, y a las diez menos cuarto han optado por bajarse en una estación de estas medio-Bangkok-medio-no-medio-suburbios-medio-centro para pillarse un taxi. O el vuelo se ha retrasado y lo han cogido o si no, astutos de ellos, tendrán que comprarse un billete nuevo. Pero vamos, que yo me voy a India mañana, después de dormir en Bangkok tranquilamente. Mira que soy de hacer las cosas mal y a destiempo, pero este vuelo no lo pierdo yo ni aunque me lo proponga con ganas. Pero si me muero de ganas! Si no voy a poder dormir esta noche! Si es como si vinieran los reyes magos – de India- a secuestrarme esta noche! No quepo en mí del orgullo y la satisfacción, como dice el otro rey.
Los últimos días no han sido demasiado emocionantes. La verdad es que me los he pasado pensando en India y paseando por ChiangMai. Llevo con la cabeza puesta en India desde hace dos semanas o así, y ya Tailandia era un paseo por Pai. Ya no me motivaba demasiado. Creo que por eso me quedé en Pai a verlas venir. A ver venir las cervezas y la música. Próxima parada: Calcuta, Kolkatta, o Kalkuta, dependiendo de quien te lo diga.
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