La salida de Ninh Bing fue, como no podía ser de otra manera, solamente una batallita más que contar. A Oli y a mí nos la intentan clavar todo el rato por culpa de su puta tabla de surf. Cuando llegamos a la estación de autobuses, habiendo comprado el billete el día anterior y habiendo especificado con una foto que llevábamos una tabla de surf, la mujer de la ventanilla nos comenta que “es muy grande”. Bien, en la foto aparezco yo y la tabla de surf. Creo que las proporciones quedarían claras y bastaría. Pues resulta que aquí o no te entienden, o no te quieren entender, o con los ojos rasgados no ven bien las fotos de las cámaras. Al final, hablando con el conductor, conseguimos integrarnos todos, la tabla incluida, en el bus.
Después de un tiempo llegamos a Haiphong, ciudad que queremos saltarnos a la torera, porque es más fea que un pie. Al llegar al puerto resulta que solamente hay un ferry que nos lleva hacia la Isla de Cat Ba, y que sale una hora después. Aquí, de nuevo nos la intenta clavar de varias maneras posibles. En el cartel de la taquilla (mesa de picnic con unas cuantas letras escritas) pone que el ferry cuesta 100.000 dong. Ella nos lo quiere meter por 225.000 porque “las tarifas han cambiado y aquí tengo la regulación con las nuevas tarifas”. Me hago yo un papel igualito que ese en el Word y me lo firma mi vecina y saco todas las ordenanzas municipales que me dé la gana. El problema es que tenemos las de perder, porque es el único ferry a la isla y, o lo cogemos, o nos quedamos en tierra. Al final hacemos la de “un pasito pa’lante María, un pasito pa’tras” y a la que hacemos que nos vamos el precio baja de 200.000 a 150.000. Nos pide que no se lo contemos a otros turistas.
De camino para allá nos encontramos a un francés poco comunicativo con el compartiremos habitación la primera noche. Aquí, cuantas más personas seas, más barato sale. Y la verdad es que para dormir, pues me da igual que el francés sea recatado. He compartido con Oli, que es un poco sibarita. Al final, de todo se aprende. Tras una tarde de playita, partidito de fútbol en la playa con los vietnamitas que juegan con zapatillas y me han pegado una tarrascada en el tobillo que me dejaron jodido toda la tarde, unas cervezuelas y unas partiditas de billar, nos vamos a la cama, creyendo que podemos. El hotel cierra a las doce y nadie responde. Llamamos al francés que está en la habitación y nos abre desde dentro. Historias para no dormir. O más bien historias para ir a dormir. La verdad es que para ser el primer día en la isla, ha estado bastante completito. Que, por cierto, me falta añadir que el cajero se me ha tragado la tarjeta.
La historia de la tarjeta es bastante curiosa también. Hace un mes, desde Filipinas, con una de las tarjetas, me di cuenta de que me estaban estafando pasta desde Rusia, así que la cancelé. Solamente me quedaba una con la que operar. Pues esa es la que se me ha tragado el cajero. El dueño del hotel donde estamos el francés e alemán y yo conoce al dueño del banco. Aquí todo el mundo se conoce. A la mañana siguiente vamos a hablar con el dueño, y nos dice que es imposible sacar la tarjeta en fin de semana. Que si el dueño del banco abre el cajero en fin de semana salta una alarma de no sé qué mierdas. Que el lunes la tendré. Yo en mi desesperación digo que pago algo de pasta por recuperarla hoy. Bueno, pues no. Pasa el día y por la noche el dueño del hotel nuevo (porque nos cambiamos de hotel) me dice que si he tenido problemas con la tarjeta, que vaya a hablar con el dueño del anterior hotel, que quiere hablar conmigo. Pues allá que voy a ver que me cuenta. Ingenuo de mí, yo pensaba que iba a tener la tarjeta y que me la iba a dar. Pero no, la situación es como sigue. El tío me dice que me pueden abrir el cajero, pero que como he dicho que puedo pagar algo de dinero, pues que me cobra 10€. Y no me da la gana. Tengo al alemán que me deja pasta de momento. Durante una discusión le digo que me lo pensaré y que al día siguiente le digo algo. Ahora, si le pago los 10€, ya no salta ninguna alarma por ningún lado, pero me jode. El domingo le digo que me esperaré al lunes, porque tengo que hablar con el banco. Luego me doy cuenta de que el banco ha cancelado mi tarjeta (mi banco) porque he hecho movimientos por los que sospechaban que la tarjeta había sido robada (diferentes países, cantidades más o menos grandes…). Total, que el lunes para darme la satisfacción fui a hablar con el dueño del anterior hotel para decirle que no quiero mi tarjeta. Según me vio por la puerta me dijo “entonces… 50.000 dong?” a lo que yo le respondí que no la necesitaba. Pero como los vietnamitas son inexpresivos no le vi cara de chafado, por lo que no me satisfizo tanto el hecho de pasar a decirle que se podía comer la tarjeta.
En cuanto a lo que a viaje se refiere, la Isla de Cat Ba es la isla más grande de las que se encuentran en el archipiélago de la Bahía de Ha Long. La Bahía de Ha Long, como quedará perfectamente detallado en las fotos, es una bahía, como no podía ser de otra manera, con unas pomposas islas al estilo de Tam Coc, pero ahora en el mar. Bien, para navegar entre esas islas la mejor idea es pillarse un kayak y remar. Qué mejor idea que concertar el kayak con el dueño de nuestro nuevo hotel, con el que ya hemos tenido nuestra primera batalla nada más empezar. Los kayak nos salen bastante baratos. Pero nos quiere cobrar por todo. Por el trasporte en moto hasta el puerto, por el remo, por su primo, y por maroto el de la moto. Al final todo sale bien. Oli y yo navegamos durante cinco horas, parando en alguna isla, echando un bañito, yendo a la isla de los monos, donde nos echamos unas risas con unos monos muy graciosos que de salvajes tienen lo justo, porque están acostumbrados al contacto humano, pero que vemos por ahí perdidos entre los árboles mientras nosotros estamos perdidos entre unas rocas escalando hacia lo más alto de la montaña. Desde aquí, gracia Oli, que sin ti no hubiera subido ahí arriba ni harto de vino. Danke sehn.
Al día siguiente optamos por alquilar una moto, a lo cual ya le estábamos cogiendo el gustito. En esta maniobra, Tang, el del nuevo hotel, no nos la intenta clavar y todo está bastante claro desde el principio. Nos lleva a la gasolinera porque, eso sí, aquí la moto te la dan con una pizca de sopa lo justito para que llegues a la gasolinera y eches lo que quieras. Y como eres gilipoyas, pues echas más y luego la devuelves con un litrillo que nunca les viene mal. Pero Oli y yo ya sabemos calcular. Oli y yo, si nos sobra algo, le decimos que la queremos alquilar el día siguiente. La misma, eh?? Nos cogemos la moto y vamos parando en cuevas y senderos. El Parque Natural de Cat Ba ocupa más de dos tercios de la isla. Solamente lo atraviesa una carretera, por lo que aparcamos la moto y nos vamos a ver monos, ardillas, arañas, serpientes y demás bichos. Los monos son invisibles pero audibles. Son listos los monos. Y las ardillas negras de cola blanca son más fáciles de ver. Mucha jungla con la que Oli alucina, puesto que es la primera vez que la visita. En Corea y Filipinas era más de lo mismo pero con otros animalejos curiosos. Eso sí, la araña que hemos encontrado en esta caminata me ha dejado con los gayumbos llenitos de caca. Oliver está bastante metido en el mundo de la espeleología, por lo que nos hemos dado el gustazo de saltar la verja de una cueva que estaba cerrada y explorar el interior durante una hora. Murciélagos en nuestras caras y diversos saltamontes de antenas larguísimas que utilizan para orientarse en la oscuridad. Un día muy completo fue aquél, durante el que decidimos que al día siguiente, lunes, pillaríamos otros kayaks en otro lado para ver otra parte de la isla.
Pero esa idea no funcionó del todo. Es decir, que no funcionó para nada y tuvimos simplemente un bonito día de moto por los alrededores de la isla. Con sus únicas dos carreteras, y una de ellas en obras en sus 6km, ya nos las habíamos recorrido todas a media mañana, pero ya ni rastro. A la vuelta decidimos parar en uno de esos sitios de los que no te olvidas. De esos que la comida está de vicio y que está perdido en medio de la nada. Que tenían mi cerveza favorita y que nos dejó relajarnos de todo ese estrés que los vietnamitas te generan en todos los aspectos y momentos: caminando, conduciendo, comprando, jugando al fútbol, comiendo… Yo creo que hasta durmiendo.
De aquí en adelante lo que nos esperaba es unas buenas cervezas con unas partiditas de dominó o de billar y al día siguiente partida hacia Hanoi. Como no, con sus correspondientes problemas con la tabla de surf. Incluso nos devolvieron el dinero porque estábamos montando el pollo en el autobús! Y tuvimos que coger otro. Un cirio de cuidado que se volverá a repetir una y otra vez en la vida de los surferos en Vietnam
Es jueves, son las ocho de la mañana y me queda un día en Han Noi para después coger un tren nocturno hacia Sapa, en las montañas. Ese es el destino que llevo esperando durante todo el viaje, y que espero me deje buen sabor de boca. Voy para allá con Luke y Shibon, una pareja de Gales que conocí en montañosos territorios Filipinos, volví a coincidir en Saigón y tengo la suerte de poder compartir un par de días más o tres con ellos en las curiosas montañas. Planeando alquilar una tienda de campaña y subir al Fan Si Pan, la montaña más alta de Vietnam (3.000 y pico de metros). Todo se verá. De momento, ahí van un porrón de fotos.
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Desde la ventana de la habitación en la Isla de Cat Ba |
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Atentos a este señor, en medio de la playa, sentado en una silla, con su tele gigante, practicando karaoke el solo. al principio creíamos que era un mal cantante, porque el equipo de sonido atormentaba a toda la playa. luego nos dimos cuenta de que era un notas cantanto karaoke |
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Halcón milenario |
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Desde el pico más alto de la isla de los monos |
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Cueva-hospital en la Isla de Cat Ba. Cabían 250 personas y el ejército americano nunca la descubrió. al fin pisamos algún resquicio de la guerra. |
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De cuevas con Oliver nos encontramos con este santuario en medio de una de ellas |
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Los caracoles están que devoran en Cat Ba |
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La araña más grande que he visto nunca era como mi mano extendida |
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Atardecer en Cat Ba |
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De nuevo atardece en Cat Ba |
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Luke, abriendo la boca como el lagarto que tiene al lado - Ha Noi |
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"Gallina, gueco, caballito de mar y hierbas medicinales chinas fermentadas en brandy durante tres años. Es bueno para el sexo del hombre" |
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Imposible salir de la prisión de Hoa Lo. Construida por los franceses durante su colonia y utilizada más tarde por los vietnamitas en todas las guerras que han tenido lugar en su país. información parcial en este museo en que vimos como a los americanos se les trató "como a reyes" y que la llamaban "El Hilton de Ha Noi" |
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Las vías por medio de la ciudad |
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Comiendo HotPot en un Bia Hoi. Consiste en calamares, rana, gambas, bacon, filetes de ternera, verduras, noodles, más verdura, tofu. Todo lo vas metiendo en la perola y lo vas comiendo. a fuego lento. Al fenal te queda un caldito que... Qué rico!!! Todo con su Bia Hoi, que es cerveza de barril por 20 céntimos de € --- Ha Noi |
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Todo sea por vender |
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Dedicada a Claudia |
Chavalote, esto cada vez se pone mejor, aunque en cuanto me despisto me tengo que leer unos cuantos dias del tiri...ke increible todo, se que estas disfrutando muchisimo, y la verdad, disfrutamos todos bastante leyendo, es como...viajar contigo!..desde casa, por fasciculos, jeje. que sepas, que unn dia haremos tarde rumana en casa, (obviamente con muchos recuerdos tuyos...) porque sabes ke? venden timisoreana en el simply! jajajaja, ke lejos te queda todo eso eh? bueno, churrito, que te quiero mucho, que disfrutes! +suerte!
ResponderEliminarMe doy por aludida con la dedicatoria... te tengo abandonadito, pero ya me he puesto al día! Te quiere y te echa de menos...
ResponderEliminarClaus